Comisaría de Ingeniero Budge.
Martes 22 de Diciembre de 2009, 4 am.
El punto de encuentro es en una de las patas del portal del Puente de La Noria ubicado en la Ribera Sur del Riachuelo, en el Partido de Lomas de Zamora. El otro portal corresponde a su vecina, La Matanza.
En la recepción tomamos unos capuchinos de una máquina expendedora tragamonedas, bajo la estricta recomendación policial de no elegir "café sólo". Bajo la consistente mirada de un grupo de mecheras (aquellas que emboscan estratégicamente a mayoristas en La Salada para robarles la mercadería) comenzamos en el mostrador el juego trilladamente kafkiano de la danza de los permisos sin sentido: Que la Municipalidad, que prefectura, que la falta de personal, que se chafan las combis, que el recambio. "¿Vos creés que algún policía vá a querer acompañarlos en un bote a remo?" nos dice el oficial de turno con las cejas en triángulo: ^ ... ^ . Y no, no... no.
En el diálogo con las autoridades llegamos demasiado fácilmente al consenso de que esa parte del Riachuelo que divide los dos partidos, más que la ignorancia de a quien corresponde su jurisdicción, básicamente no importa a nadie en el mundo concreto de su entorno inmediato. La excepción es el mundo legal claro está, el fallo de la Corte Suprema que ordena una serie de acciones para limpiarlo, que a fuerza de evitar multas devino en punta de lanza de la flamante intendencia del emergente Insaurralde, heredero de la papa caliente, que busca erradicar los puestos de la Ribera convirtiendo a los feriantes en Cooperativistas del Higiene a base de Planes Trabajar.
Mientras se hacen las 5 am seguimos dando la vuelta al perro del mangazo documentalista que nos deja en el mismo silencio previo a dirijirnos la palabra, entre las múltiples miradas de perro mojado de la recepción de la comisaría. En la práctica, lo único que solicitamos era una escolta a paso de hombre desde la ribera, propuesta que el oficial de turno aceptó a condición de seguir lubricándonos con frases motivadoras como: "¿Trajeron Off? Ahí te van a comer vivo" o "Esta parte del Riachuelo es innavegable, y si te salpica te quedás ciego".
Observaciones que funcionaron como la antesala anímica soñada para la espera del bote que ya había salido del Club de Remo de Tigre, y llegaba arrastrado por una F100 desde la Gral Paz. El remero Nahuel coordinó inmediatamente el descenso de la embarcación, bastante pesada por cierto, y no vislumbró peligro alguno ante los islotes de mierda que el oficial había retratado como "los glaciares que hundieron al Titanic".
Una vez en el ente acuoso, acompañamos al remero Matías Marco Polo Iaccarino en la proa y Julián Danger en la popa (en cámaras stereo) mientras nos escoltaron desde la orilla el cuerpo policial junto a Sonoman Chimenti (quien tomó estas fotos) e Ivan el Terrible, temerario operador logístico. Cumplimos el trayecto estipulado atravesando primero el Viejo Puente La Noria, que se vé muy bonito desde abajo con reflejos de la Edad de Hierro, luego el Nuevo Puente La Noria, que fué construído dejando un paso peatonal en sendas riberas de una altura máxima de 2 metros (detalle que impide la continuidad del proyectado Camino de Sirga bordeando la Ribera).
Febo asomaba.
La controdivertida feria mostraba sus espaldas. El hit de la temporada sonaba a lo lejos mientras atravesábamos por debajo el portal del gasoducto, ícono celeste o turquesa según la hora. Más adelante el célebre puente ferroviario conocido localmente como Camboya se ocupa de desmentir al riachuelo como límite para propiciar el flujo de la mercadería, marcando la X de cruxe y xentro. Volvemos con hambre, listos para las facturas con capuchino. Habiendo navegado el tramo anterior entre La Boca y el Arroyo Cildañez, la segunda parte de la misión es un éxito.
A propósito de este enclave contamos con este material histórico de valor incalculable. Y a su vez, un posible work in progress, un regalo mnemotécnico de la era You Tube. Seguimos el multi-docu-buceo auspiciados por El Nuevo Municipio y Magoya Films.
Mapa del tramo rectificado x Natalia Muñoa.
El sector III (según El color del río)