7 oct 2008
Hércules o una arqueología para perros
Visitando las grutas de Hércules en el estrecho de Gibraltar (donde se supone que este dios separó los continentes de África y Europa), me hice amigo de un perro que comenzó a seguirme. Una vez fuera del predio turístico alejados de souvenires, camellos y kioskos la relación se invirtió y sin darme cuenta, era yo el que seguía a Hércules. Hércules fue su nombre provisorio para nuestros minutos amistosos. El Dios Perro me llevó a conocer otras grutas originalmente creadas para la vida nocturna y devenidas en ruinas. Arqueología poca, un lugar ideal para que hagamos pipí antes de continuar la marcha.
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